6 Comentarios
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Celebro la idea de estas incursiones entre anaqueles.
Me gusta el estado (ajado, leído y releído) de esa edición de poemas de Pessoa de Ed. Río Nuevo (Y aprecio esa selección y algunos hallazgos de traducción de Miguel Ángel Viqueira en ella, a pesar del desafortunado título que hace pensar en una obra completa, a pesar de tratarse de todo lo contrario) y me gusta, sobre todo, la coincidencia alfabética que pone a Pessoa entre Saint-John Perse y Píndaro (ignoro deliberadamente al piedracielismo, al librito verde de título ilegible para mi y a un Carlos Alfonso Rodríguez que parece fuera de lugar).
¡Qué buenas indiscreciones!
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Seguiremos incursionando en los anaqueles ajenos, Carlos. ¿Si viste que el librito verde de título ilegible son las Rimas a Laura, de Petrarca? Ese no se puede ignorar. Llegará el día en que visitemos tu biblioteca, ¿con qué nos encontraremos? Un saludo, y gracias por estar atento a Mediavuelta.
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Saludos,
Me parece una idea genial, sin embargo no estaría de más tener testimonios sobre cómo el dueño fuer armando su biblioteca.-
Gracias por la sugerencia, Andrés. Estamos de acuerdo, uno de los elementos fascinantes de la biblioteca ajena es la historia de cómo se va formando. Vamos a preguntar por los libros más queridos, por las ediciones especiales, por los anaqueles preferidos. Recogeremos tu idea para la próxima entrada, que viene esta semana. Un saludo desde Tragaluz!
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Espero con ansia una nueva incursión, mucho más entrometida y apasionada.
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La verás esta semana, Aegrotus. Gracias por visitarnos. Te mandamos un saludo especial.
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