Una verdadera Fiesta en Medellín

Lectores en la VI Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.
La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que cerró su VI versión recientemente, tiene un carácter que la hace única entre los eventos internacionales dedicados al libro. Luego de participar en ella y disfrutar durante diez días del encuentro con los lectores, destacamos los aspectos que han consolidado a la Fiesta como el principal evento cultural de Medellín y uno de los más importantes del país.
Cada feria del libro tiene su sello, su estilo y enfoque. Hay algunas, por ejemplo, donde se restringe la entrada al público y en los corredores solo se ven agentes, distribuidores, editores, ejecutivos que ingresan a salones privados a negociar los derechos de los libros. Hay otras en las que hay que pagar una entrada costosa, pero una vez adentro las ediciones son gratis. También hay eventos en los que el espectáculo es la esencia, y se encuentran en ellos celebridades que conversan y comparten experiencias con los asistentes. O hay ferias enormes, emblemáticas, como la de Frankfurt, que sirven de panorama para conocer la actualidad del mundo editorial.
Desde su nombre, la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín marca la diferencia y refleja la forma en que está concebida. En primer lugar, es organizada con recursos públicos, y la ciudadanía tiene entrada libre a todas las actividades que se realizan en ella. Su carácter abierto, alegre, colorido, está enfocado en el encuentro con la palabra más que en las transacciones económicas, y ofrece una dinámica propicia para que los visitantes se enamoren de los libros. Ahí está la clave.
Compartiendo la ilustración de José Antonio Suárez con una amiga.
Aquí al visitante no se le puede confundir con un comprador, como en otras ferias, donde lo comercial es lo principal, y lo cultural es secundario, accesorio, a veces, incluso, pensado para acelerar el ritmo de ventas. En eso, el evento de Medellín está claramente dirigido: más que vender libros, la intención es que la ciudadanía se acerque a ellos y viva la experiencia con alegría y familiaridad, sensaciones intrínsecas al acto de leer. Que el espacio de la Fiesta sea el Jardín Botánico de la ciudad, y que desde este año se haya extendido al Planetario y al Parque Explora (dedicado a la ciencia), aporta considerablemente a que la relación con los libros sea amable y prometedora.
En las horas tranquilas de la Fiesta del Libro, nos sentamos en nuestro stand y contemplamos la actitud de los visitantes que pasaban por los corredores. Era hermoso ver sus rostros en búsqueda de un libro que los cautivara. Cuando eso sucedía, cuando daban con la carátula esperada, con la colección escasa que querían, con las ilustraciones admiradas, la belleza contenida en el libro aparecía en sus rostros. Vivir esa experiencia junto a otros ciudadanos, compartir entre todos la esperanza que regala un libro, es algo que hace único este evento y que lo justifica plenamente.
Los gestos de alegría al encontrarse con los libros justifican esta Fiesta.
Sabemos que muchos de los visitantes no son lectores del día a día, que no cargan siempre con un libro en su bolso, o los espera uno en su nochero, pero qué bueno que al menos durante el tiempo que dura la fiesta, su atención se dirija a los libros, y puedan observar todo lo que hay alrededor del mundo literario, las posibilidades que contiene la lectura. Ver la emoción de otros lectores, escuchar a los autores hablando sobre su obra, ver a los ilustradores trabajando, que los niños puedan saludar a los personajes favoritos de sus libros, todo esto logra el objetivo principal: que las personas vean en la palabra una oportunidad de encontrarse con ellas mismas y con los otros, que vean en ella un verdadero principio de equidad.
Los lectores llegaron a nuestro stand con una actitud que nos llena de gratitud. Recibieron con emoción nuestros libros de Fernando Pessoa (Todos los sueños del mundo, y Plural como el universo); las segundas ediciones de Bola de agua y de Que no me miren; muchos se enamoraron de la colección Poemas ilustrados, y los adquirieron a mitad de precio; otros compraron libros del poeta Jaime Jaramillo Escobar, quien estuvo una noche firmándolos y conversando con los lectores; y, con emoción, vimos cómo la Revista Matera encontró un público amplio, diverso, de todas las edades. 
El poeta Jaime Jaramillo Escobar -X504- firmando sus libros en nuestro stand.
La ruta de la independencia trazada por las editoriales independientes presentes en la Fiesta (Rey Naranjo y La silueta, con su formidable stand; La Madriguera del conejo; Laguna libros; El peregrino; e-Libros; Luna Libros; Editorial Robot, y nosotros) ofreció a los lectores ediciones bellas, cuidadosas, detallistas, pensadas con el mismo espíritu de la fiesta: el de seducir, encantar con buena literatura y buen diseño.

‘Plural como el universo’, ‘Todos los sueños del mundo’, ‘Los sabores de la casa’
Para el año entrante, sugerimos que la Fiesta del Libro siga extendiéndose a espacios públicos de la ciudad, y que se gestionen nuevos invitados internacionales. Tampoco pueden faltar la Cámara Colombiana del Libro, ni los stands de Siglo del Hombre y del Fondo de Cultura Económica, pues su ausencia se sintió en esta versión.

Es un motivo de orgullo como editores contar con un evento así en la ciudad donde trabajamos. Hay que seguir esforzándose para que la calidad aumente, y para convertirse en modelo de otros eventos similares en el mundo. Nosotros, por lo pronto, quedamos felices por conocer lectores que aman los libros, y que valoran y aprecian nuestras ediciones.

‘Bola de agua’, ‘Que no me miren’, ‘Revista Matera 6’
Mediavuelta
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