“Él [Bolaño] solía responder que primero uno escribía un capítulo y el otro, el siguiente, hasta que llegamos al final. Pero creo que en verdad yo escribí una primera versión y él trabajó sobre esa trama, puliéndola y dándole el final. Como sea, ahora tengo la sensación de que fue un juego divertido».
Así describió alguna vez Antonio García Porta (1954) el proceso de escritura a cuatro manos con su amigo, el conocido y venerado Roberto Bolaño (1953 – 2003).
Ambos se conocieron en la oficina de una editorial con un nombre bastante particular: La cloaca. Desde ese día, en la rutina diaria de García estuvo visitar a Bolaño en su cuarto de la calle Tallers, en Barcelona. Pasaban la mañana fumando y hablando sobre los proyectos que tenían juntos. Soñaron con un libro de cuentos, una novela y hasta un guión de cine, pero el único que alcanzó a ver la luz fue “Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce” (1984). En 2006 la editorial Acantilado reeditó el libro, que en su momento ganó el Premio Ámbito Literario de Narrativa.
Esta edición incluye la novela corta que le da nombre al libro, y como novedades el cuento “Diarios de bar” —también escrito por ambos— y el prólogo “La escritura a cuatro manos” firmado por García Porta, donde relata cómo fue la experiencia de trabajar con Bolaño.
Falta un mes para que se termine el periodo de recepción de las propuestas del 2º concurso de escritura “Tragaluz Alimón”. Por eso los invitamos a leer el prólogo de García Porta, para saber más sobre la intimidad literaria entre un par de amigos a quienes les gustaba pensar y escribir juntos.
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