Por: Pilar Gutiérrez, directora.
El día que Tragaluz editores decidió hacer concursos fue porque no quería limitarse a ser una empresa productora de libros, como si fueran zapatos; quería un compromiso más grande y que en su labor editorial también se hiciera una gestión cultural. Un concurso es la oportunidad para muchos de mostrar su trabajo, de participar con otros por un objetivo común y dar lo mejor de sí. Con los concursos conocemos nuevos ilustradores, nuevas voces, armamos bases de datos que se mueven entre la gente interesada. Con frecuencia recibimos llamadas del sector cultural para conocer a esos talentos que participan y de allí resultan invitaciones, exposiciones, trabajos.
Pero organizar un concurso no es fácil, más fácil sería no hacerlo. Un concurso para la editorial es un proyecto que requiere tiempo y dinero. La manera de hacer un concurso mide también la seriedad de la editorial. Son múltiples las reuniones que se realizan antes de definir ese cómo lo haremos este año. Siempre buscamos que esté ligado a una oportunidad de trabajo, a una publicación que realmente se hará y será parte de nuestro fondo.
Tragaluz recibe un promedio de cuatro portafolios de ilustradores por semana y día a día se evalúan para decidir si entra o no en nuestra base de datos. Esta labor diaria nada tiene que ver con lo que sucede en un concurso. Es distinto que un ilustrador sepa qué se quiere hacer y proponga según unos requerimientos a que mande su portafolio completo. En los concursos no solo medimos originalidad y calidad sino capacidad de trabajo. Un ilustrador es un artista con condiciones, que se tiene que comprometer con tiempos, con formatos y con dar una mirada original a unos contenidos ya elaborados por un escritor. Un ilustrador es un buen lector, a menudo un talentoso escritor y sobre todo, un profesional de su oficio.
Este año, después de dos versiones exitosas, hemos lanzado el tercer concurso de ilustración, y esta vez es internacional porque a través de las feria del libro en que participamos hemos visto el interés de ilustradores del mundo entero por acercarse a Tragaluz y ver en la editorial una oportunidad. Nos llena de orgullo el hecho de trascender fronteras y de tener además este año un apoyo como el de la cooperativa Confiar.
Trabajamos en un sector que pide a gritos más de todo, más editoriales, más librerías, más bibliotecas y claro, más concursos. Cada espacio de estos que se abre es una nueva oportunidad para aquellos que giran alrededor del apasionante mundo editorial. Invitamos a los ilustradores a que participen en esta convocatoria y a que asuman el reto de demostrar lo que es un buen ilustrador.
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