Haciendo esta lista nos dimos cuenta de que los estands que cada año creamos para participar de las ferias del libro nacionales e internacionales reflejan el momento que vivimos como editorial. En sus inicios eran instalaciones artísticas muy elaboradas que mostraban las ganas que teníamos de proponer formas diferentes de entender el mundo editorial. Con el tiempo hemos migrado hacia diseños más minimalistas y accesibles, que tienen la virtud de facilitarle a los lectores el encuentro con el libro que los espera. A continuación, nueve estands al estilo Tragaluz.
1. Cuando empezamos (Medellín, 2008)
En nuestra primera participación en la Fiesta del libro y la cultura de Medellín, la librería Al pie de la letra incluyó todos los títulos que habíamos publicado en una sección especial de su exhibición. Apenas estábamos aprendiendo cómo era la dinámica de las ferias. Nos sirvió mucho el apoyo de estos amigos para incursionar y arriesgarnos más el año siguiente.
2. El stand que parecía un museo (Bogotá, 2008)
Esta fue nuestra primera feria en la capital. Como el stand era pequeño quisimos maximizar el espacio a través del diseño, y el resultado terminó por ser una experiencia nueva no solo para nosotros sino para la feria en general, pues provocó que en las versiones siguientes la librerías y editoriales se animaran a crear otro tipo de espacios de exhibición. Fue tanto el éxito de la propuesta que nos dimos cuenta de que teníamos que seguir haciéndola, y cada vez mejor.
3. La gran instalación (Bogotá, 2010)
Ese año el reto fue mayor. Diseñamos una instalación que incluyó techo, piso y paneles y la transportamos desde Medellín. El proceso de montaje fue muy complejo porque el espacio era tres veces más grande del que acostumbrábamos. Sin embargo, valió la pena: fue impactante. Al estilo de las ferias internacionales, lo destinamos como espacio de eventos. Funcionó muy bien aunque cometimos varios errores de accesibilidad (por la barrera de hilos) y pusimos poca iluminación.
4. El escenario de los libros (Bogotá, 2011)
A propósito del lanzamiento del libro Teatro siglo XIX y de la colección Deus ex machina dedicada a la dramaturgia, quisimos hacer de nuestro stand un escenario. Llevamos un gran telón y unos lámparas hechas con sombreros que nos robaron justo el día antes de que la feria abriera. Salimos por todo Bogotá a buscar unos parecidos, y por fortuna los encontramos. En esa oportunidad, los actores del teatro Matacandelas presentaron en el estand una pequeña obra inspirada en el libro de Marina Lamus.
5. La oficina de correos (Bogotá, 2012)
La propuesta de ese año tuvo dos énfasis. Los sobres en las paredes y las pilas de periódicos estaban relacionadas con el lanzamiento más reciente: Cartas con Geraldino Brasil, el primer libro de correspondencia que publicamos y que inauguró la colección Cartero. Por otro lado, quisimos vincular a la comunidad Tragaluz en redes sociales. Instalamos una pantalla en la que los visitantes podían ver videos de los autores de la editorial y del equipo de trabajo, además de los tuits que nuestros seguidores publicaban con la etiqueta #TragaluzLibros.
6. Nuestra casa (Medellín, 2012)
Las instalaciones que hacemos en Medellín suelen ser más sencillas que las de Bogotá por cuestión de espacio y porque el entorno del Jardín Botánico es tan bello que lo único que nos resta por hacer es exhibir nuestros libros. Sin embargo, ese año también quisimos contarle a los visitantes que el equipo de Tragaluz es, ante todo, una familia, y cuando trabajamos nos gusta sentirnos como en casa. Así que en el estand tratamos de reproducir el ambiente de una biblioteca personal, el espacio ideal para elegir un libro y sentarse a leer.
7. Y llegó la luz (Bogotá 2013)
Este fue el primer estand inspirado en nuestros libros. Los anteriores habían sido temáticos. En esa oportunidad, hicimos un diseño abierto y luminoso para que las personas pudieran conocer cada uno de los títulos que para entonces ya engrosaban nuestro fondo. Ese año presentamos la colección Lusitania dedicada a autores portugueses. La oportunidad de editar estos libros se dio gracias a que Portugal fue el país invitado de la feria.
8. El jardín en medio del cemento (Bogotá, 2014)
Enamorados como estamos del Jardín Botánico de Medellín, quisimos llevárnoslo para Bogotá. El estand de 2014 mostraba a los personajes de nuestros libros disfrutando del sol y el verde de este espacio de la ciudad. Además recubrimos el piso con grama artificial. Queríamos que quienes nos visitaran se sintieran en un paseo, y en medio de ese ambiente, escogieran un libro para sentarse a leer.
9. Tragaluz de viaje (Guadalajara, 2013)
Fue la primera vez que coordinamos a distancia el montaje del estand y que tuvimos uno exclusivo para nosotros. Antes habíamos exhibido nuestros libros en compañía de otras editoriales independientes del país. Como era nuestro debut, decidimos enfocar el diseño en contar qué es Tragaluz, así que en los paneles se veían fragmentos de nuestros libros, carátulas e ilustraciones. Además, nos acompañaron dos jóvenes mexicanas en la atención del público. El resultado no pudo ser mejor.
Este año volvemos a la FIL Guadalajara y con más expectativas que nunca. Esta, sin duda, es la feria del libro más importante del circuito latinoamericano. Todos los días pasan cosas importantes relacionadas con la venta de derechos, el hallazgo de nuevos talentos y contactos con distribuidores. Tan provechosa es nuestra relación con México que desde hace unos meses la editorial Almadía se encarga de distribuir nuestros libros por todo el país. Eso nos tiene muy felices.
Dentro de poco les compartiremos las fotos del estand de este año, seguros de que también les va a gustar.
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