Editoriales independientes: un mundo más grande de lo que pensamos.

Ahora, cuando el mundo editorial está transformándose rápidamente, es necesario reflexionar sobre lo que hacemos como editores, tratar de comprender lo esencial, lo que perdura a pesar del cambio.
Catálogo de Tragaluz editores en marzo de 2012
En la raíz del verbo editar se encuentra un gesto de creación. Proveniente del latín edere, significa “sacar”, “alumbrar”, “publicar”, “dar a luz”. En ese sentido, el editor es parecido a un partero: recibe en sus manos la obra del autor, la examina, le da forma, y luego la comparte con los lectores. 
Desde hace un par de semanas hemos promovido en este blog la reflexión alrededor del término editorial independiente. Resulta preciso darle palabras a lo que hacemos, a eso que nos define y nos diferencia de los grandes grupos editoriales. Convencidos de que un diálogo así nos guía a través de un contexto en cambio, y fortalece nuestra labor cultural, les preguntamos a los lectores qué entendían por esa independencia al editar. Las respuestas fueron lúcidas, y tocaron casi todos los rasgos que caracterizan a proyectos como el nuestro. 
Se llama editorial independiente a aquella que, como su nombre lo dice, tiene la independencia para tomar decisiones sin responder a los intereses de grandes conglomerados económicos. Es común que el capital de estas empresas provenga de sus mismos directores o editores. Por estas razones los editores independientes se pueden comprometer más con su labor cultural y se arriesgan con la publicación de aquellos géneros que han sido marginados por las grandes editoriales ya que no son rentables para sus accionistas. 
La labor del editor independiente no debe ser idealizada: son empresas privadas, estructuradas legal y administrativamente, que deben ser rentables y sostenibles para ampliar la difusión de sus ediciones. Teniendo en cuenta su vocación cultural, necesitan el dinero que produce un libro para editar y publicar otros. 
Con libros diferentes, que buscan formar lectores al margen de las modas o tendencias comerciales, las editoriales independientes cumplen un papel fundamental en la cultura. Son, generalmente, la primera oportunidad para escritores poco reconocidos, o para géneros descartados por las grandes editoriales. Haciendo un trabajo serio y riguroso, algunas editoriales independientes han mostrado que la poesía sí se vende, que el cuento es un género tan popular como la novela, que los ensayos o los guiones de teatro tienen un público amplio y atento. 
Una editorial es un lugar de encuentro. Construye con sus libros un puente que propicia el contacto entre lectores y escritores. Cada volumen del catálogo es una presentación. Es como si el editor dijera: he leído esto y me ha gustado, quizás a ti también, siento que vale la pena conocerlo, te lo recomiendo. El capital más valioso para un editor es la credibilidad, y por eso hace todo para que ese encuentro sea una experiencia grata. 
El impacto de las editoriales independientes en una cultura es considerable. Entre más consolidadas estén las editoriales independientes en un país, más posibilidades hay de que éste se reconozca en la pluralidad de las voces que lo dicen. Al ser mediadoras de muchas voces, el catálogo de las editoriales independientes retrata la diversidad de un lugar. Es normal que las grandes editoriales se concentren en pocas voces, las más reconocidas y exitosas; por eso resultan imprescindibles las independientes: son democráticas e incluyentes, su labor suscita el diálogo, el pensamiento, enseña a escuchar y a ver desde los libros. 
En Tragaluz estamos convencidos del trabajo que hacemos. Asumimos cada edición con responsabilidad y cuidado. Creemos que los buenos textos en libros bellos dignifican el trabajo del autor, la pasión del lector, y la cultura en la que estamos inmersos. Queremos invitar a todos los que lean esto -editores, escritores, lectores, libreros, banqueros, funcionarios públicos, etc.- a que continuemos la reflexión en torno al valor del libro independiente, y a que a través del diálogo fortalezcamos un sector fundamental para el país. Además, es hora de que seamos conscientes de que el mundo de las editoriales independientes es más grande de lo que pensamos. 
Aprovechamos este artículo para publicar la definición ganadora de la entrada en que preguntamos a nuestros lectores qué entienden por editorial independiente. El ganador fue Alejo López. Felicitaciones para él. 

Por la naturaleza de las acciones que realizan, concernientes con la producción y todos sus procesos, con la distribución y comercialización de publicaciones, bien sean libros u otros formatos diferentes. Independientes porque definen sus propios criterios sin estar sometidos a ninguna forma de coerción económica, política, estética o de cualquier otro tipo. La editorial independiente se da el derecho de publicar todo aquello que, según sus criterios, sea digno, necesario o deseable como una forma de entregar al mundo una creación valiosa. 

Nota: Estamos elaborando una lista con las editoriales independientes de Latinoamérica y España presentes en Twitter. Los invitamos a que la visiten, a que las conozcan, y a que nos sugieran aquellas que todavía no hemos incluido. Es necesario que nos conozcamos, sepamos lo que estamos haciendo, y que nos aportemos mutuamente.
Mediavuelta
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